Falla la calefacción, comprobaciones necesarias ante una pérdida de presión de la caldera de gas
La pérdida de presión en una caldera de gas es una de las averías más comunes en este tipo de aparatos. Antes de ponernos en contacto con un técnico, hay algunas comprobaciones que podemos realizar nosotros, sin necesidad de ser expertos en reparaciones. Estas sencillas comprobaciones nos servirán para diagnosticar la gravedad del problema y poder explicarle a un profesional cuál es realmente nuestro problema; incluso con un poco de suerte, quizás lo podamos solucionar nosotros.
Todas las calderas, ya sea una caldera de gas "normal" o una caldera de condensación, deben funcionar con una presión constante, que suele estar indicada en el manual de la caldera. No importa si funciona con gas butano o con gas natural, la presión debe ser la indicada, si tenemos una pérdida de presión (la Calefacción apenas calienta o el agua no sale suficientemente a la temperatura esperada),es síntoma de que tenemos un problema que debemos solucionar cuanto antes.
Nuestra primera comprobación es una cuestión de observación. Deberemos comprobar el manómetro, que es el indicador de la presión y mirar si funciona correctamente. Una vez descartado que no es un fallo de lectura, podemos buscar alguna fuga de agua, comprobando restos de humedad, goteo o pequeños charcos debajo de la misma caldera de gas, de los radiadores (calefacción) o en algún punto de los conductos.
Podemos hacer una pequeña prueba cerrando las válvulas generales de la instalación, si una vez cortada la conexión sigue perdiendo presión, sabremos que la fuga está en la caldera de gas. Una vez hecho esto, deberemos abrir las válvulas generales y cerrar las llaves de la calefacción; si aún sigue perdiendo presión, hay varias posibilidades: que la fuga esté en el vaso (depósito) de expansión o en la válvula de seguridad.
Los fallos por el vaso de expansión son los más frecuentes. Tienen una membrana que se suele deteriorar al estar en contacto con el agua, debido a la acción de los residuos minerales y otras sustancias que se encuentran en suspensión, por lo que el material de la membrana, que suele ser caucho, acaba por picarse, causando la pérdida de presión. Se puede hacer una comprobación desenroscando el tapón de la válvula de carga del vaso de expansión. Si al hacerlo sale agua, ya no tendremos duda de dónde está el fallo y la única solución será cambiar el vaso de expansión.
La mayoría de las calderas tiene un sistema de seguridad incorporado por el que dejará de funcionar si no alcanza la presión mínima necesaria, es un problema que no tendremos más remedio que solucionar cuanto antes. Además, una caldera de gas que pierde presión es lo peor para el ahorro, ya que necesitará consumir más gas.
Nuestra primera comprobación es una cuestión de observación. Deberemos comprobar el manómetro, que es el indicador de la presión y mirar si funciona correctamente. Una vez descartado que no es un fallo de lectura, podemos buscar alguna fuga de agua, comprobando restos de humedad, goteo o pequeños charcos debajo de la misma caldera de gas, de los radiadores (calefacción) o en algún punto de los conductos.
Podemos hacer una pequeña prueba cerrando las válvulas generales de la instalación, si una vez cortada la conexión sigue perdiendo presión, sabremos que la fuga está en la caldera de gas. Una vez hecho esto, deberemos abrir las válvulas generales y cerrar las llaves de la calefacción; si aún sigue perdiendo presión, hay varias posibilidades: que la fuga esté en el vaso (depósito) de expansión o en la válvula de seguridad.
Los fallos por el vaso de expansión son los más frecuentes. Tienen una membrana que se suele deteriorar al estar en contacto con el agua, debido a la acción de los residuos minerales y otras sustancias que se encuentran en suspensión, por lo que el material de la membrana, que suele ser caucho, acaba por picarse, causando la pérdida de presión. Se puede hacer una comprobación desenroscando el tapón de la válvula de carga del vaso de expansión. Si al hacerlo sale agua, ya no tendremos duda de dónde está el fallo y la única solución será cambiar el vaso de expansión.
La mayoría de las calderas tiene un sistema de seguridad incorporado por el que dejará de funcionar si no alcanza la presión mínima necesaria, es un problema que no tendremos más remedio que solucionar cuanto antes. Además, una caldera de gas que pierde presión es lo peor para el ahorro, ya que necesitará consumir más gas.
